Glorioso San Joaquín,
me pongo bajo
vuestra protección.
Ayúdame a imitar en
todo a vuestra gloriosa hija,
La Santísima Virgen María,
Madre de Dios y madre nuestra.
Que, imitándola a ella, llegue
yo a conocer,
amar y servir a Dios
con todo mi corazón
hasta mi último suspiro.
Te lo pido por Jesucristo,
Nuestro Señor.
Amén.
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